Hoy en día, muchos servicios han dado el salto a lo digital… ¿y sabes qué? También el apoyo emocional. Pero ¿realmente conocemos el beneficio de la videollamada frente a la asistencia presencial? ¿es igual de efectiva? ¿nos sentimos igual de acompañados?
Spoiler: no solo es efectiva, en muchos casos en incluso más accesible y cómoda.
Accesibilidad sin complicaciones
Lo primero que salta a la vista es lo fácil que lo pone todo: sin desplazamientos, sin esperas, sin prisas. La videollamada te permite recibir ayuda estés donde estés. ¿te ha pasado alguna vez eso de necesitar hablar con alguien, pero no tener tiempo ni para salir de casa? Pues ahí es donde brilla este formato.
Gracias a esto, personas que antes lo tenían más difícil ahora pueden acceder sin barreras: trabajadores con horarios rotativos, personas en zonas rurales, cuidadores, personas con movilidad reducida…
Cercanía emocional (sí, también a través de una pantalla)
Una de las dudas más comunes es si se pierde conexión emocional en formato online. Pero la experiencia de nuestros usuarios/as lo confirma: no se pierde, se transforma. La calidad del vínculo, cuando hay escucha y empatía, no depende del medio. Y eso es clave cuando hablamos de programa como el PAE, donde lo importante es sentirse acompañado, comprendido y cuidado.
Más privacidad, menos excusas
Hay quien da el primer paso más fácilmente si no tiene que salir de casa. Y es totalmente válido. Para muchas personas, el beneficio de la videollamada frente a la asistencia presencial es precisamente ese: poder hablar desde un espacio íntimo, sin tener que explicar a dónde van, sin cruzarse con nadie en una sala de espera.
Esto, además de mejorar la experiencia, también hace que más personas se animen a pedir ayuda. Y eso ya es un gran logro.
Al final, no se trata de que una opción sea mejor que la otra, sino de tener alternativas. Lo presencial sigue siendo fundamental para quienes lo prefieren o lo necesitan, pero poder contar con sesiones por videollamada suma flexibilidad, accesibilidad y continuidad.
A veces, una simple videollamada puede ser el primer paso hacia sentirte mejor. Lo importante es saber que estás acompañado, estés donde estés.
Así que la próxima vez que pienses en pedir ayuda, recuerda que el beneficio de la videollamada frente a la asistencia presencial puede ser justo lo que necesitas.