De la preocupación al pensamiento catastrófico
Ante situaciones inciertas, nuestra reacción natural es sentir miedo y, con el reciente conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, estamos viviendo un momento de estrés y tensión permanente que afecta a nuestra salud mental de forma inevitable.
Además de la preocupación desde el punto de vista humanitario, también sufrimos las consecuencias económicas, políticas y sociales, y nos planteamos qué nos deparará el futuro…
Esta reacción emocional es natural, el problema surge cuando esa preocupación escapa de nuestro control y vivimos en un estado de alarma permanente, generando pensamientos catastróficos que pueden dar lugar a trastornos de ansiedad o depresión.
Desde Yees! queremos compartir contigo 5 consejos para ayudarte a controlar estos pensamientos y preservar tu bienestar emocional:
1. Cuanta más información… ¿Mejor?
Es necesario estar al día sobre lo que ocurre, pero a veces nos exponemos a más informaciones de las que podemos procesar y ese exceso solo nos provoca tensión e irritabilidad.
Consejo: Elige un momento tranquilo para leer sobre el tema. No estés continuamente pendiente durante el día (de camino al trabajo, en los descansos, en el gimnasio…), para que tu mente no se sature y no tenga el peligro presente todo el tiempo.
2. Observa tus pensamientos
Es normal sentir preocupación, de hecho, es una respuesta de defensa natural de nuestro cuerpo. Pero debemos ser conscientes del grado de preocupación para que no se apodere de nosotros.
Consejo: Observa tus pensamientos. Practicar la meditación te ayudará a ser consciente de qué te preocupa y por qué, de esa forma puedes buscar soluciones realistas.
3. Aléjate del bucle
Es habitual que todas las conversaciones giren en torno al mismo tema. Eso, además de provocar agotamiento mental, hace que tengamos siempre encendido el interruptor del miedo.
Consejo: Hay que hablar sobre ello, pero evita el bucle de conversaciones, solo así tu mente entenderá que la preocupación no debe ser permanente, sino puntual.
4. Mantén tus rutinas
Ante el temor o preocupación, a veces creemos que aislándonos estaremos más seguros. ¡Nada más lejos de la realidad! En casos de incertidumbre tenemos que hacer un esfuerzo adicional para continuar con nuestras rutinas y planes.
Consejo: Quedarte en casa no soluciona el problema y solo te genera más malestar, a ti y a tu entorno. Enfocarte en lo cotidiano te ayudará a tener una sensación de control y reducir los pensamientos negativos.
5. Acepta la incertidumbre
Quizá sea lo más complicado, pero cuando hay una situación incontrolable, lo más sano es aceptar que no sabemos lo que va a pasar e intentar vivir en el presente sin que el futuro nos quite el sueño.
Consejo: Es normal sentir inseguridad pero, para que no se convierta en ansiedad, debes poner tus energías en aquello en lo que sí puedes influir (tu entorno y las personas que quieres).
¿Cómo manejas el exceso de preocupación?