¿Y si la mejor forma de prevenir el malestar fuera empezar por acompañamiento emocional en el trabajo? Cuando una empresa se preocupa de verdad por cómo se sienten quienes la sostienen, se nota: hay menos desgaste, menos malestar y un clima más sano. Y, como consecuencia natural, también se cuida mejor a quienes están al otro lado: los clientes, las familias, las personas que confían en la organización.
De la queja crónica a la señal temprana
En el webinar, Marian Carvajal de Albia, describió algo cotidiano en cualquier empresa: esos “corrillos del café” donde la queja se repite sin avanzar. Su lectura es clave: “La queja es sí misma es una llamada de atención y una oportunidad para transformarla”. Cuando se cronifica, desgasta a la persona, contamina al equipo y empeora el clima; cuando se canaliza, se convierte en detección precoz y puerta de entrada al apoyo psicológico.
De ahí nació la formación “¿Llamas tú o llamo yo?: un protocolo sencillo para que cualquier compañero o mando pueda redirigir la queja (con permiso de la persona) hacia el recurso adecuado: PAE, referente RRH/PRL o responsable directo. Resultado: una cadena de responsabilidad compartida que acorta tiempos, baja la rumiación y evita desenlaces más duros.
Liderazgo que sostiene (sin paternalismo)
El papel del mano intermedio aparece una y otra vez. No para “psicologizar” equipos ni caer en paternalismos, sino para leer señales (bajada del tono, lentitud, labilidad emocional), poner freno a la prisa y activar el recurso. Ese liderazgo cotidiano, que escucha, validad y realizado con coherencia, es prevención puro.
Bienestar externo + bienestar interno
El bienestar no es solo ergonomía, turnos o espacios de descanso. También es percepción interna: cómo regulo lo que siento en contextos de alta exposición emocional: duelo, conflictos, clientes en crisis. Ahí el PAE es catalizador: ofrece herramientas de autorregulación, espacios de contención y derivación clínica cuando hace falta.
Elena Sánchez, directora clínica y de operaciones de yees, lo resumió así: “La salud mental no siempre es visible al principio, pero termina viéndose en cifras y resultados”. Cuidar la mente es tan operativo como reducir accidentes: impacta en errores, rotación, compromiso y calidad de servicio.
Un PAE que mira a la familia… y vuelve al trabajo
Una de las palancas diferencia que cita Albia es la cobertura a familiares desde el programa A tu lado: parejas e hijos pueden ser atendidos de forma confidencial. El efecto es doble: baja la carga emocional en casa, y por tanto, mejora el equilibrio persona-trabajo. lo que ocurre fuera del trabajo vuelve al trabajo.
Cuando quienes cuidan se sienten cuidados, se nota en la atención al público. En el caso funerario lo vemos claro, pero aplica a cualquier sector de contacto: desde floristería o postventa hasta atención telefónica. Equipos entrenados en primeros auxilios psicológicos básicos, comunicación empática y autocuidado sostienen mejor la emocional del cliente, sin romperse.
Cuidar no es un gesto blando: es una estrategia de PRL que anticipa riesgos psicosociales, da herramientas al liderazgo y convierte la queja en un circuito de ayuda. Cuando la organización instala el acompañamiento emocional en su día a día, el resultado es doble: personas más sostenidas y servicios más sólidos.
Si te interesa profundizar en este tema, puedes descargar el webinar completo aquí: Del cuidado a la prevención: el rol del bienestar emocional
